martes

Diez películaz

Escena 3 - interior: El silencio de no está pasando nada. El sueño que no quiere venir, es que se nos acabaron los porros y el cuerpo no está ni poco fumado. La energía que fluye entre el día y la noche. Fuera del tiempo. Viviendo una vida. La más múltiple que se pueda. La imaginación que tiene ganas a dar un paseo por el bosque pero se imagina que habrá frío y se queda en casa. Hoy nada más que el salón, es que el supermercado no se cuenta.
Escena 5 - exterior: Ya no se puede aguantar más informaciones. Ya no hay sitio para más conocimiento. Y el vacío. El problema no es él de no tener otro espacio libre pero él de que el vacío está por todas las partes y ya no se puede añadir ningún nuevo tipo de vacuum. Pensar duele. Los extraterrestres acaban de aterrizar. Un científico se queja en una conferencia de biología que no se investiga suficiente la vida de las bactérias que viven en los sitios de la tierra donde no puede existir la vida y afirma que una expedición así costaría menos que la búsqueda de formas de vida en marte. Según s.j.gould nuestros museos están llenos de rebaños de especies recién descubiertas. La semana pasada, unos expertos de nuevo permitieron comer huevos cada día. Por ahora. Esto cambiará.
Escena 1 - paisaje hostil: Dos montañas se comunican una con otra por sus sombras. Cuando amanece, una se desliza por las rocas de la otra que luego, al final del día, y después de pensarselo bien, lenta mente contesta. Nunca dice algo inesperado y sin embargo hay días cuando la que suele hablar por las mañanas se queda callada de una manera asombrosa, lo que produce en la otra unas dudas sobre el contenido de la discusión del día anterior. Acaso respondió mal o qué. Pero como las montañas no tienen la memoria a corto plazo bien desarroyada, casi nunca se recuerda, así que las dos están allí bajo las nubes sin ningún movimiento y con caras que preferirían no verse. Por suerte, el sol suele aparecer más o menos regular mente.
Escena 3 - principio: Un presente perpetuo. Un tiempo eterno, uno que vendió su dirección. Al final del segundo milenio se creía en la evolución y en la humanidad y en el progreso y en el big bang y en muchas otras cosas raras que dejaban de tener sentido cuando se las pensaba más que cuatro minutos y treinta y dos segundos. Una vida de un animal. Y nada más. Un par de hojas de hierba salvaje entre las muellas y unas miradas hacia el entorno más cercano.
Escena 2 - mi habitación: He invitado a una chica a compartir mi habitación conmigo. Es checa y no habla mucho castellano, lo que en mi mundo personal galego producirá una mirada que no entiende. Veré a los compañeros de piso esforzarse en inglés. Dos días y luego va a tener que empezar a notar la diferencia entre ser y estar. Es como cuando invitas a alguien al cine y luego temes toda la película si se aburre o no y no tienes nada de la película. Pero tiene que ser así, quiero estar con ella y ella quiere estar aquí. Todo va a cambiar. Mi tiempo que se rompió ya hace tiempo. Mi espacio que nunca necesitaba considerar como propia mente mío. Mi cerebro vuelve a vivir en dos modos a la vez. Como si tuviera más miedo de no estar solo que del fin del mundo o de la muerte que inundará el mundo en los próximos años.
Escena 7 - la ciudad: Hay demasiadas letras en la ciudad. Y el ruido de los dinosaurios. Y la velocidad de oscuridad. Y las luces de peatones insoportable mente monótonas. Y las paredes que emiten el calor para derritar la nieve. Y los cubos de basura cuales alguién que nunca se deja ver vacía sin necesitar tener éxito. Y los coches aparcados cada día de un orden diferente. Y otras cosas corrientes. Y no pasa nada salvo lo que se inventan los periodistas. Se nota un silencio antes de la llegada. Se nota la crisis, dicen, hoy he leído que japón aún no se ha levantado después de sus problemas estructurales de los noventa. Dentro de poco, estar en crisis se convertirá en una moda y todo seguirá en normalidad que ya no es distinguible de la locura y de las barbaridades de los últimos romanos.
Escena 4 - un interrogante desaparecido: Pues si el pasado y el futuro no existen luego dejaré de pre-ocuparme por todo lo que pueda significar vivir en un colchón con la novia de mi mejor amigo que está muerto es cierto pero no es cierto que significa esto en el caso que la frontera entre la vida y la muerte se ha puesto borrosa justo por la desaparición del pasado y del futuro y del principio y del fin hasta me imagino que yo era la piedra que le obligó nosaltar de una montaña ya que todo pasó el día 8 de 8 de 8 y el 8 es mi número favorito.
Escena 3 - entre: En la entrada. Atravesando los cristales de una ventana. Entre las colinas y su padre arroyo, siendo la niebla. Cuando la luna se piensa poner la otra cara. El vehículo que no sabe si gira mal o no. Si la próxima es esta o la que viene. Y parece que le da igual. He dejado de inventarme las cosas prohibidas. Ya no puedo creer en las leyes de física, he comido demasiados libros populares sobre su materia. No necesito pensar en la ADN de mi cuerpo ni en las reglas de mi sociedad. El calendario me parece cada día más y más extraño. La palabra trabajo perdió absoluta mente la conotación de algo inevitable, no obstante puede recuperarlo en seguida si uno está bastante enamorado. El mundo se siente bien en las cruzadas. Parece que no tener problemas resulta un poco difícil para la mente. For reasons unknown.
Escena 2 - el esqueleto: Hay que inventar nuevos colores para nuestro esqueleto, es que los músculos occidentales ya se aburren. Hace falta programar nuestros ordenadores para que se vuelvan invisibles. Están borrando los últimos cachos de nuestra memoria biológica. Se publica nuestro futuro en los periódicos gratuitos rodeado por los anuncios. La historia se comió el pasado. Cuando la relación social se siente abandonada. Cuando los humanos se acuerdan de ser unos animales sin ganas de luchar por la supervivencia. Cuando la vida no necesita ganarse. Después de la última jornada de la liga en toda su existencia. Cuando los libros contienen imágenes en movimiento.
Escena 5 - exterior: Y un día llegará y estaremos y no pasará nada anormal. Tal vez un asteroide atacará la tierra y yo me voy a sentir como una piedra que tomó la decisión. Mucha gente espera algo semejante lo que es segura mente un síndroma de que no les gusta mucho su vida. Cuando estaba en santiago el segundo día me dí cuenta que aquí vivo mi vida. Vivir mi vida, me dije, mirando hacia abajo de una cuesta. Toda vía pensaba en checo. Una tarde habrá falta escribir algo por encima de la catedral de santiago o no. Última mente no me entiendo mucho pero sigo tranquilo y contento.

2 comentarios:

Janeth dijo...

El mirar al futuro y dibujar en el a ti mismo contento y seguro es lo mas bueno que uno puede hacer, a eso mi padre llamaba preveer, solo seamos nosotros mismos.
Besos
Janet

jg riobò dijo...

Me alegro que compartas el colchón.
Hay que dejar que pase el futuro por delante de uno.