sábado

veintitres películas

Escena 1 - lo normal: De los ríos se puede beber es que contienen una cantidad considerable de agua potable. No existen productos químicos es que los paisanos no usan nada que no entienden. La gente sabe los nombres de las estrellas de cielo y no del programa de la noche. Para conocer qué pasa en el mundo hay que hablar con la vieja de aquella puerta, estará en casa o en el jardín atrás.
Escena 666 - un libro: Para leer algo más contemporaneo que la decadencia del occidente - me encuentro sobre la página mil - estoy tomando un estudio sobre los iluminati, los francomasones, los rotschield, los jefes, los que real mente tienen poder, y como las empresas que son sin duda reales están formadas por personas que sin interesarse existen pues también se supone que hay alguién que tiene el poder si por encima se opina que éste también existe en el mundo real. Si no existiera nadie con poder luego toda esta construcción llamada nuestra civilización fuera algo completa mente virtual algo que tal vez sobra dentro de la biosfera. No puedo deshacerme de la sensación que el libro era un trabajo de clase de uno de los aspirantes a ser un ser secreto.
Escena 99 - el espectáculo: Todo el mundo es de público. El espacio. Los servicios. El transporte. Los movimientos. Las pérdidas. El público es un rebaño de espectadores. Una masa de consumidores de las imágenes. Los que no hablan sentados en la oscuridad. Los derechos humanos son una banda de frases. Nada más. Nunca existieron. Nunca se pasearon por tu calle. Es un conjunto de ideas del siglo XVIII. Cuando la nobleza ya se aburría de verdad. La ilustración consiste en hacer la iluminación pública. Inventar los medios de comunicación y meterlos entre la mirada y el paisaje. Y nada más. Las ciudades se hacen más fuertes. La civilización sigue floreciendo. Y las grietas. La tierra empieza a quemar su peso. Y si el carbón y el petroleo fueran unas armas de la litosfera para destruir a los pesados occidentales. Les parece más cómodo que nos suicidaremos lenta mente. Por encima, para unas montañas unos doscientos años no significan nada.
Escena 7 - los bancos: Parece que la gente está bastante acostumbrada a vivir al lado de algo chungo a primera vista. Parece que tenemos cierta capacidad para apagar nuestros cerebros si queremos. Y parece ser muy fácil decirnos qué es lo que queremos. De todas formas nos vale desearlo sola mente. Parece que no nos queremos imaginar una vida sin bancos. Un rebaño de comportamientos y trozos de organización social que pasarían de los bancos de dinero virtual que nunca nadie ve pero se dice que hay unos que lo tienen pero ya no se dice quién son y más bien se dice que no existen que todo el dinero lo tiene el mercado que es libre y como todos somos el mercado pues claro que también somos libres pero no lo estamos. Hay que ignorar a los bancos. No están tan ricos como nos hacen saborear. Algo entre saber y borrar. Olvidarlos. No será fácil. Se trata de repensar todo el sistema político económico biológico militar e industrial y cultural sobre todo. Y para conseguir olvidarlos cada uno tiene que hacerlo solo por eso no resulta muy útil leer lo que repensaron los otros es que se trata de mi mente de mi universo. Las ciudades las van desarro11ando los bancos. La vida la vida no.
Escena 7.1 - una frase: De un francés que decía algo en plan que los banqueros eran los únicos que pasaron a través de la revolución francesa sin ninguna complicación grave. A los editoriales también hace falta prestarles un creditito. A los investigadores y a los escritores no se gasta tanto es que a la mayoría absoluta le vale sentirse importante y listo lo que es fácil manejar con un par de editoriales y canales de diarios. Existen frases que escaparon de su contexto. Y ahora viven una vida de lectura salvaje. Van reventando toda la historia. Toda una imaginación.
Escena 3 - exterior: Hay que ver la tierra. Hay que confiar en tu cuerpo. El pensamiento se in-forma y se ex-forma encontrándose con las frases sueltas. Los ojos no tienen por qué chocar con el poder. Los coches pueden dejar de hacer ruido y volver a ser un sonido que trae los cuentos desde lejos. La red no tiene por qué emplearse en operaciones bancarias y páginas de gobierno en realidad no se necesita ningún buscador y el dinero que se mueve merced a las conecciones infinitas es ontológica mente lo mismo como unos puntos que se ganan en un videojuego haciendo lo que te de la gana. Se podría dejar de transportar comida para empezar. Esto redistribuiría las populaciones de las ciudades y establecería nuevos niveles de vida digna normal o algo así que existe sólo en los textos oficiales y en los periódicos y por allí. Se pueden tocar las estatuas. No se necesita una máquina en el medio de tú e-yo. Ya he olvidado que decían en la tele.
Escena 2 - lo vivo: Las piedras perciben el tiempo. Los animales piensan. Las plantas saben. Los árboles hay una dimensión espaecial aquí entre nosotros es el mundo de los árboles. Hay almas que intuyen las formas que reinan aquí. El bosque que plantaba el hombre que plantaba los árboles tenían que cortar por completo para poder imprimir la enésima edición del hombre que plantaba árboles en el emésimo idioma mundial en sí es un libro muy bonito pero el espectáculo lo mastica todo. Cada año en mayores cantidades se llama progreso. Se crean unos sujetos vivos. Las máquinas pronto empezarán a pensar, te lo servirán en tu salón, no te preocupes, te irán preparando un par de años antes pero ahora ya es tarde suerte que ahora nunca puede estar tarde o temprano. Así que al final la ciencia no consigue matar a todo lo vivo las ciudades se descomponen antes de terminar la educación del pueblo la tierra sigue dando vueltas las espirales salieron de los escaparates se ve que la ilustración al venir en contacto con aire se pone bastante oscura esto pasaba hasta ahora pero considerando que en todos los abrires y cerrares de ojos se puede crear el futuro

2 comentarios:

Janeth dijo...

Que tal amigo, como siempre, el mejor de los medios para dehacerse de las cosas que nos parecen importantes es la magnificencia del ser interior, este si que no nesecita de ningun artilugio para seguir siendo, lo paradojico aqui es que si necesita para manifestarse la ayuda de la materia.

jg riobò dijo...

Los banqueros inventaron el capitalismo, el mundo.
Agua que no has de beber dejala correr.