jueves

Una veinte da películas

Escena 5 - el portatil: Las letras más usadas brillan más que las menos corrientes. Los dedos dejan la grasa en el teclado. Tengo frío. Para abrigarme más, tengo que apoyar el porro al lado del ratón plano que nunca uso, aquel movimiento de mi mano me parece raro, no sé por qué, nunca lo había pensado, como no lo uso, te vas a quemar el ordenador. No te preocupes, esto no arde.
Escena 1 - el mundo: La política es un espectáculo y cada votante sabe esto muy bien. El agua de los arroyos no se puede beber y nadie lo hace. La publicidad miente pero ya nos hemos acostumbrado a vivir entre las ilusiones. La economía es un discurso raro lleno de matemática y el dinero es sobre todo virtual así que nunca lo poseemos de verdad pero no nos fijamos. Ni dios entiende a los rollos de la ciencia del siglo XX pero se sigue creyendo en ella. El derecho es un rebaño de frases que intentan valer para siempre quieren prever todos los casos posibles y por eso odian a la realidad que cambia sin césar y al azar pero nosotros nos sentimos culpables y por eso los libros no tienen oídos para nuestras quejas. Los productos se producen para que se rompan lo más antes posible los consumidores se consumen a la velocidad de luz la vida se vive como si fuera para un sólo uso. La muerte está en la lista de palabras que no se usan en la sociedad y el presente se llama el tiempo real y vive en la tele. Tele es un prefijo que en griego significa a dostancia y en checo tele significa ternera.
Escena 3 - la información: Los monjes de edad media creían que las palabras los conceptos son más importantes que los hechos reales. El mundo era mera aparición y lo real residía en el espacio eterno de la verdad absoluta o en el reino de dios o por allí. Se pasaban años pensando en estas frases que significan justo lo más universal. Para pensar mejor, y para proliferar el poder de los monasterios por las ciudades recién emergidas, se inventaron la universidad, en donde pensaban aún más hasta que ya nadie sabía nada cierto sobre ninguna frase ni sobre ningún espacio eterno ni sobre la verdad absoluta pero se creía en ella, allí se les formó la ciencia y allí se les envió el primer e-mail y allí se les ocurrió que el mundo pudiera ser global y allí nunca se les dió por cabeza que las palabras y las informaciones y los conceptos y los términos y las definiciones y los argumentos y las citaciones y los párafos y las leyes y los documentos y los archivos no son más importantes que la realidad que no hace falta meditar tantos siglos para ordenar una sociedad sea cuál sea que no hay que pensar tanto para vivir que las palabras poder vivir no tienen ningún sentido es que para algo así no se necesita un permiso y en absoluto un papel en latín. Tengo uno, por cierto, creo que contiene la palabra cinematographicus que fijo que no existía ni en latín medieval, no hablar de roma, es que las películas tienen algo como 120-140 años, es que no está nada claro el principio real.
Escena 3.1 - información 2: Se puede imaginar una calle que sirve bien pero no tiene nombre. Lo virtual. Lo que nos imaginamos. Todo lo que tenemos que confirmarnos nosotros mismos. No viene nadie desde afuera. El otro tiene el mismo problema. Los días los vamos soñando. Cada pensador ve la vigilia a su manera. Cada filosofía vale excepcional mente para su autor. La vida se compone de cuentos. Los libros que más nos gustan a cada uno son los que ya habíamos pensado los que nos gusta vivir a nosotros en realidad aceptamos sólo a nuestra imaginación. Las palabras tienen que existir. Pero no se usan para ordenar mandar in-formar poner en orden significar dar sentido sino para hablar con otro. La comunicación está libre en el universo. Nos re-cordamos nuestro pasado nos soñamos hacie el futuro nos miramos en los espejos de linguaje nos situamos entre diferentes historias inventate tus abrires y cerrares de ojos.
Escena 4 - hoy día: La escolástica está de moda. Las ciudades después de su cultura específica inventaron la civilización. El espectáculo religioso del progreso eterno hacia lo mejor usa la edad media como lo que no quieres, verdad. La conquista del paraíso está a punto de terminarse. La red es el cerebro planetario de un monje. Las empresas, unos inventos de los universitarios - algo como una familia de mercadores pero abstracto, con relaciones entre humanos artificiales y sin tierra pero con una dirección clara y distinta, van transformando las universidades en fábricas de empleados. Los términos van ganando a los pensadores se llama la era de informaciones o la de los servicios. Estamos real mente jodidos. Se podría acabar con feudalismo pero no queremos es que ya somos así desde siempre, más o menos desde siglo VIII, IX o X, no se está de acuerdo sobre el cuándo hemos empezado con esto. Cuándo la gente que vivía en una península al norte comenzó a mirarse a sí misma como a un problema, y por desgracia, no se nos ocurrió, aquello atardecer, olvidarlo en seguida, y nos pusimos a solucionarlo todo y aquí estamos. Por suerte, ya nos vamos dando cuenta que nos encontramos un poco cansados de ello y que tal vez no sea tan obligatorio ser blanco y listo como nos decían en las clases. De hecho, se habla bastante sobre las semejanzas de movimientos de lo digital y lo medieval.
Escena 8 - cosmos: Hay que ser un bárbaro. No pensar. saber. Sentir la información. Ser el Otro. Tener mi lugar. Mi paisaje. Mis horizontes fijos. La tierra de los que vienen cuando los imperios se marchan. Los que anuncian el agotamiento. Hay que ser el pájaro que comerá de un león descompuesto. Creer en mis propios dioses. Los de mi lugar. Voy a contar a mis hijos una mitología. Se puede no querer nada. Está permitido no temer de la vida. Ir creando los escombros. Proliferando unos memes extraños. Mezclando las culturas. Obligando a los idiomas crear mutaciones. Llegarán y no van a pedir permiso de residencia. Si habrán llegado desde nuestras mentes será mucho más blando pero por ahora parece que tenemos ganas de seguir desarrollando la civilización pues nos va a doler este fin del mundo que esperamos tanto para aterrizar por fin en la tierra pro-metida.
Escena 2 - yo: Dejar de buscar y encontrarme. Todo lo que sé sobre mi cuerpo es dudoso es que la mayoría brutal de esas informaciones procede de los científicos. Y si no existen las células. Y si el oxígeno fuera algo por completo diferente de lo que se descubrió en 1781 y todo lo que supuesta mente respiramos compusiese sólo una parte pequeña de algo de colores. Mi mente suele andar por fuera. Mi alma se fusiona con los medios ambientes. Mis paisajes crean mis huellas. Mi mundo me piensa y me mira de vez en cuando con alegría. Hoy, todo el día, me sonría. En mi vida, ha vuelto amanecer. Otra vez son las ocho o algo en santiago habrá un buen día y mientras el cielo estará azul mente despejado yo estaré durmiendo en la oscuridad de mi habitación colorosa y cajeosa. Y las informaciones seguirán paseando por mis horizontes y mi cerebro se va a crear unos cuentos raros sobre el presente. Todo el mundo sabe despertarse sin el despertador. Cada día. A cualquiera hora. Fuera del capitalismo, el tiempo no escapa.

1 comentario:

jg riobò dijo...

El fuego y el portatil no se llevan bien. Hay que quemar la escolástica y su intento de tergiversar la religión al convertirla en teoría filosófica.
Lo virtual no es real.
Nosotros sí somos teales.