sábado

Tibet

Tenía entonces cuatro años. «Me preguntan a menudo si realmente creo en esto», decía en 1991. «No hay una respuesta sencilla para esa cuestión. Pero (…) teniendo en cuenta mi experiencia en esta vida y mis creencias budistas, no tengo ninguna dificultad para aceptar que tengo un vínculo espiritual con los trece Dalai Lamas precedentes (…) y con el propio Buda» Ésta es su filiación.
Mientras tanto, en los años sesenta, el Dalai Lama flirteó con la CIA en relación con una ayuda económica y el entrenamiento de grupos armados tibetanos enviados al «Techo del mundo» para intentar un golpe de mano contra el ejército chino. Los hechos son conocidos, revelados y confirmados por los propios agentes estadounidenses. ¡Pero la imagen mediática del Premio Nobel de la paz de 1989 es tal que nadie se atreve a cuestionarla de verdad!
«Pretender entender ‘la cuestión tibetana’ a partir de las declaraciones del Dalai Lama y sus discípulos sería como intentar reconstruir la Revolución francesa basándose en los «análisis» de la reacción de los nobles refugiados en el extranjero que tendían a poner todas sus esperanzas en las bayonetas de las potencias contrarrevolucionarias»
Bajo su reinado, los aristócratas y religiosos poseían un 95% del territorio. La mayoría de los campesinos estaban reducidos a la servidumbre. Y en el registro de las «leyes», los códigos 13 y 16 tenían tablas para calcular el precio justo del siervo que el señor pretendía vender o comprar. Además, una especie de charia tibetana concedía a la autoridad el derecho a mutilar a los siervos para castigarlos.
La «constitución» promulgada por el gobierno en exilio concluye con una «resolución especial», aprobada en 1991, en la cual se declara la obligación político-religiosa de la «fe» y la «lealtad» hacia «Su Santidad el Dalai Lama», destinado «a permanecer siempre con nosotros como nuestro jefe supremo espiritual y temporal».

1 comentario:

jg riobò dijo...

Muy bien traido.
Conocía la historia y la salvación de la esclavitud.
Aunque el resultado poco dista de la antigua.